lunes, 11 de diciembre de 2006

Man on the moon

El mundo cambia. Un punzante dolor de cabeza me atraviesa la sien de lado
a lado. Ya es oficial. He heredado las migrañas de mi padre. Se ve que mi
abuelo también las tenía, así que eso certifica que realmente soy un Muñoz.

Me quedo embobado mirando el cuadro sobre pared blanca de un paisaje de
las Rías Baixas de Galicia. Galicia calidade, eso dicen. Los apuntes han
crecido de tamaño. Parece que ocupan la totalidad de la biblioteca. Me fijo
en la mitad inferior de la hoja que tengo delante. Los números cobran vida y
se cambian de posición, se pelean entre ellos en lo que parece un juego
pantagruélico y de dimensiones horrendas. En un momento dado se paran y me
miran. Sigo embobado asistiendo a ese extraño fenómeno. Me fijo en una
ecuación de Maxwell, concretamente la que habla sobre la divergencia de un
campo eléctrico. No hay manera, no me entra en la cabeza, no la entiendo y
no sé deducirla. Me sigue mirando y parece que así quieta esté recitando los
versos de Neruda: "Me gusta cuando callas, porque estás como ausente...".
Decido hacer un descanso y tomarme una aspirina. A ver si la mañana mejora
después del Ángelus...

1 comentario:

Josep Coves dijo...

tiu k t parlin les equacions ja és greu ja...